domingo, 25 de marzo de 2012

23 de Mayo , Sábado

No hay más ambrosía que un elixir obscuro
Espeso y corpóreo en el cual tu rostro es reflejado

Tu muslo es el grano vagabundo en la molienda de mi boca
Endulza mi brebaje tu nostálgico suspiro
y mis labios rozan el espejo de azabache

Se estremece cual virgen doncella tu vientre
Tiembla tu retrato en ondas suaves
Negras, morenas líneas de cabello entristecido

En el silencio creado por un sorbo lleno de lisonjeras cavilaciones
Surge el seno de toda humanidad venida y por venir
Surge y se estira en la soledad de las 10 en punto
Tu estridente objeto de control suena a la hora justa

Mi café yace estirado sobre mi sabana
Aun tibio desde que le apliqué el azúcar exacta
Medida sin error de mi amor sorpresivo
Descifrado desde otras lunas y caído en mis sueños desde tu nacimiento

Mi taza blanca de dos plazas
se regocija con este líquido
De cafeína desnuda y torcida en ángulo desigual
Con parásito poeta arraigado a tu pecho
y exhalando sus últimas contradicciones en el centro de todo deseo

Eres tú la cuna de todo anhelo
Marinera errante; eleva tu tela de piel hacia horizontes mas cristianos
Donde mis llamas no se produzcan
y donde tu chispa de flor no se encienda en mis manos
Sin previo aviso
Sin estreno consumado
Sin noche que me favorezca ni vino que me ayude

Migraste de mi océano para sumergirte en púrpuras gases
Sábado para memoria vitalicia
Única pena de mi lecho
Te suspiran mis dedos perdidos, sin faro
Eres la paloma que cruzando el mar para volver al hogar
halla su refugio profanado
Y para unírtele cantas canciones similares
Habitas el espacio que otra habitó, antes que tu; mi pecho

Eres la viajera sin viaje que realizar
Sin mas bastón para las rocas de tu lujuria

Se pierden mis manos en nuestro café de media noche...
Me quemo los huesos
Me quemo la lengua

Mi taza vacía espera otras bebidas
Vienes en un sobre pequeño y negro
Y te dejas caer con despreocupación exquisita
nunca había bebido algo que me produjese tal insomnio

Mayo vive en mi cerebro
Y la plata de tu primer pecho brilla todavía en mis ojos invernales.

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